Bueno, después de 9 meses hemos llegado al final. Que lejos y difícil se veía todo al principio, sobre todo desde mi punto de vista debido a mi, digamos, especial situación.
No es fácil para una persona mayor integrarse en un grupo de chavales ni tampoco era esa mi intención, cada uno debe saber cual es su sitio y saber que hay un momento para cada cosa, y espero haber sabido estar en ese punto en el que ellos se sienten a gusto con tu presencia sin llegar a resultar cargante o fuera de lugar.
El curso se ha pasado volando, hemos trabajado mucho y bien, se han creado vínculos de trabajo y de amistad muy positivos y el trato con nuestros profesores sólo se puede calificar como de extraordinario.
Recientemente, con ocasión de la jornada de puertas abiertas, he visto a mis compañeros actuar con sentido de pertenencia a la escuela, como si fuera algo suyo, de lo que sentirse orgullosos, y es que es así en realidad. El ambiente de trabajo y la metodología utilizada en el Xavier dista mucho de la rigidez y estandarización de otras escuelas y no puedo por menos que pensar en que ojalá, cuando era joven, hubiera podido estudiar en estas condiciones, que distinto puede llegar a ser todo dependiendo de tus profesores.
Académicamente, hemos aprendido muchísimo, y casi todo ello de manera práctica, que es lo que realmente se aprovecha. Poniendo trabajo sobre trabajo como si de un castillo de naipes se tratara, hemos puesto nuestro esfuerzo y ganas hasta completarlo sin derrumbarse, que satisfacción.
No me queda más que despedirme de este curso y espero dar la bienvenida al próximo con la misma ilusión y ganas con las que cogí este hace ya 9 meses. Gracias a todos.
Pedro Nogales
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| @Quino |
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